NUEVA ZELANDA con mochila al hombro

En la misma latitud que la Argentina, pero del otro lado del planeta, encontramos un país con paisajes igualmente impactantes: Nueva Zelanda. En un viaje en el que recorremos la Isla Norte, más pequeña y volcánica; y la Isla Sur, mucho más extensa y de paisajes de película (¡literal!). Si bien, mucho nos recordará a nuestro país, en otros tantos detalles, estaremos «del otro lado del mundo».

La puerta de ingreso a Nueva Zelanda es Auckland, su ciudad más poblada pero no su capital. Una ciudad super moderna, pero con un entorno natural increíble, donde todos viven a media hora de hermosas playas, senderos de trekking y una decena de islas encantadas. A todo esto se suma un clima casi siempre soleado, un ritmo subyacente de cultura polinesia y una pasión por la buena comida, excelentes vinos y compras.

La siguiente parada es Rotorua, donde enocntramos desde arroyos de agua cristalina y bosques mágicos a épicos senderos de ciclismo y piletas de barro termal. La ciudad ofrece una gran variedad de atracciones y experiencias para todos, desde los que buscan la aventura hasta los que solo quieren relajarse.

Ubicada dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, Rotorua es un paraíso geotermal con piletas de barro burbujeante, nubes de vapor y aguas termales naturales ideales para bañarse y relajarse. Después de maravillarte ante los paisajes distintivos y la actividad volcánica en uno de los parques geotermales, disfrutá de simplemente bañarte en aguas termales naturales o date el gusto de una escapada en un lujoso spa y centro de bienestar.

Hacia el sur, llegaremos a Wellington, «la capital pequeña más genial del mundo» (Lonely Planet, 2011), reconocida por su arte, cultura y belleza nativa. En ella, tendremos tiempo suficiente para relajarnos Oriental Bay, la playa de arena dorada de la ciudad, y conocer alguno de sus museos, galerías de arte o asistir a espectáculos teatrales. También podemos realizar alguna de las actividades de aventura que propone el destino, como el ciclismo de montaña y la navegación en kayak en el mar, así como también hermosas caminatas alrededor del puerto y las colinas aledañas, como las espectaculares vistas del sendero Makara Peak y la caminata City to Sea para apreciar lo mejor de la zona costera de Wellington. Otra propuesta inolvidables es subir la colina en tranvía hasta Kelburn para obtener impresionantes vistas de la ciudad y disfrutar de un helado en la cima.

Ya en la Isla Sur, llegamos a Christchurch, la segunda ciudad más grande de Nueva Zelanda, conocida como «la ciudad de los jardínes».  En febrero de 2011, Christchurch sufrió un gran terremoto. Gran parte de la ciudad central, con su arquitectura clásica neogótica, fue destruida. Sin embargo, sigue siendo una hermosa ciudad, en la que se puede pasear en bicicleta a orillas del río, sentarse en algún restaurante con comidas sofisticadas y elegantes; y a solo 15 minutos del centro, encontramos senderos de ciclismo de montaña o una playa con olas para practicar surf.

Finalmente llegamos a Queenstown, pequeña ciudad que se ubica en la orilla del prístino lago Wakatipu, entre imponentes cadenas montañosas. El paisaje de lagos y montañas invita a toda clase de aventuras. Se practica esquí en invierno y actividades como salto en bungy, paracaidismo, balanceo en cañón, navegación en moto de agua, excursión a caballo y descenso de ríos durante todo el año. Pero también tiene opciones de actividades más tranquilas: numerosos senderos para caminatas y excursiones, panorámicos o la posibilidad de tratamientos de spa, compras en tiendas boutique, y comida y vino excepcionales.